lunes, 12 de abril de 2010

1. Rutas desde casa. A Costa da Morte



1. Costa da Morte.

Visitando:
Vimianzo, Camariñas (Cabo Vilán), Camelle, Muxía, Corcubión y Fisterra. Se puede realizar en un día sin parar demasiado en los distintos sitios. Itinerario en google maps.

Partiendo desde Aldeanova, se toma, al lado de casa, la autovía de Noia, dirección Noia, para salir en la desviación a Negreira (dirección Muxia). Se bordea Negreira y se continúa por la misma carretera hacia Muxía hasta llegar a Baiñas. Después de dejar atrás el pueblo se toma dirección Vimianzo, donde, si queréis parar, hay un pequeño castillo de la casa de Altamira y un bonito Pazo, el de Trasariz, que queda a la salida del pueblo, ya en la carretera que lleva a Camariñas. De Vimianzo a Camariñas la carretera tiene puntos interesantes con grandes rocas graníticas: "los Penedos", están protegidos los "Penedos de Pasarela y Traba", y muchos hórreos, que en esta zona de Galicia se denominan cabazos.

En Camariñas, el pueblo no tiene demasiado interés, tenéis que visitar Cabo Vilán y su faro, el paisaje es impresionante sobre todo en invierno, desde ahí se puede hacer un recorrido por la costa hasta Camelle, pasando por la playa de Trece y Arou, para ello es imprescindible tener en cuenta que transitaremos por una pista no asfaltada por lo más conveniente es hacerlo caminando o con un vehículo apropiado (un todo-terreno es lo ideal) . En Camelle es curiosa la casa-museo del alemán Man. En el camino de la costa encontraréis también los restos del cementerio de los ingleses, fue consagrado para acoger los cuerpos de las víctimas del naufragio del buque escuela inglés Serpent, hundido en 1880 debido a un error de navegación, sólo tres de sus 176 tripulantes salvaron la vida. En homenaje a los muertos y durante muchos años los barcos de la armada Británica dispararon salvas de ordenanza cuando pasaban frente a la playa.

Camariñas es co
nocida en toda Galicia, y también en el exterior, por su famoso y cotizado encaje de bolillos: O encaixe de Camariñas. Cuenta la leyenda que el origen de esta artesanía está en el naufragio de un barco italiano que llevó a los supervivientes de la tragedia a permanecer acogidos en esta población, uno de los cuales, una dama italiana, en agradecimiento enseñó a palillar a las mujeres de Camariñas.


Una vez visto esto, podéis dar la vuelta e ir de Camariñas a Muxía, tomando la carretera que pasa por Xaviña y Cereixo, continuaréis bordeando la costa y pasaréis por playas muy bonitas como las de Leis y la de Lago (a mi ésta me gusta mucho) que son una buena opción para parar a comer y darse un baño.

Llegando a Muxía es interesante hacer un alto y visitar el
Monasterio de Moraime, templo románico del siglo XII, monasterio que dio lugar al topónimo del pueblo (monje en gallego es monxe y de monxe--->muxía).

En
Muxía es imprescindible visitar el Santuario barroco da Virxen da Barca, queda en las afueras del pueblo, y en las rocas del exterior localizar las piedras de los milagros: la de Abalar, de Os Cadrís y de O Timón e intentar mover la primera, una roca enorme y plana que sólo consiguen mover los limpios de corazón y después pasar por debajo de a Pedra dos Cadrís que libra de los dolores de espalda. Estas piedras cuenta la leyenda que formaron parte del navío que trajo a la Virgen para aparecerse al Apóstol Santiago, siendo respectivamente la barca, la vela y el timón. Es posible que veáis por el camino del santuario los últimos secaderos de congrio que quedan en A Costa da Morte, pues aquí se abre el pescado y se pone a secar extendido en unas estructuras de madera: "as cabrias" donde permanece expuesto al sol y al viento marino hasta que está completamente seco y listo para comercializar. Muxía es un buen lugar para comer sardinas, chicharrillos, pulpo... sin dejarnos la cartera en ello, aconsejables los bares que hay junto al muelle.


Desde Muxía volvéis a la carretera general tomando dirección Cee-Corcubión y Fisterra
(Finisterre), donde cuenta la tradición los romanos encontraron el "ara solis", o altar al sol, de este lugar uno no se puede ir sin visitar su faro, el más occidental y emblemático de Europa, considerado tradicionalmente como el cabo del fin del mundo, "Finis Terrae" y punto final del Camino de Santiago, donde, dice la tradición, los peregrinos deberán quemar sus ropas. Es el faro más importante de la Costa da Morte, pues con su luz guía a los barcos en la navegación por estas aguas peligrosas tanto por los temporales como por los arrecifes que existen y pueden causar el naufragio de las embarcaciones. El edificio actual es de 1868 y es el lugar más visitado de Galicia después de la Catedral de Santiago. Si el día es el apropiado es imprescindible quedarse a ver la inolvidable puesta de sol que nos regala el lugar.

También merece una parada el pequeño pueblo de Corcubión que en 1984 fue declarado “Conjunto Histórico-Artístico” y en el año 2000 “Municipio Turístico Galego” por la Xunta de Galicia. En los últimos años, un auge del turismo atrae a la villa señorial de Corcubión a visitantes de todo el mundo.

Y de ahí vuelta a casa por la carretera que va a La Coruña (AC 552), tomando el desvío a Santiago en el lugar de Berdoias (antes de llegar a Vimianzo), después es el mismo camino que a la ida pero a la inversa.

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