viernes, 16 de abril de 2010

La Catedral de Santiago de Compostela



La Catedral de Santiago de Compostela

Acoge el que, según la tradición, es el
sepulcro del Apóstol Santiago lo cual convirtió al templo en uno de los principales destinos de peregrinación de Europa durante la Edad Media a través del llamado Camino de Santiago, una ruta iniciática en la que se seguía la estela de la Vía Láctea comunicando la Península Ibérica con el resto del continente.

La construcción de la catedral comenzó en 1075 y las partes más antiguas de ésta son de estilo
románico, mientras que las partes más recientes son barrocas.

Para proteger el Pórtico de la Gloria del deterioro que estaba sufriendo por las inclemencias meteorológicas, se decide construir en el siglo XVIII la actual fachada barroca de la Catedral de Santiago, obra de Fernando de Casas Novoa. La fachada tiene unos grandes huecos acristalados que permiten iluminar la antigua fachada románica.


El templo pertenece a la idea de gran iglesia de peregrinación, que se caracteriza por tener planta de cruz latina, un gran crucero y una girola o deambulatorio (nave que gira en torno a la capilla mayor y permite andar alrededor del sepulcro del santo). Por la nave central se llega hasta el altar mayor de estilo barroco, bajo el cual se encuentra la cripta romana que contiene los restos del Apóstol Santiago.

Dentro de la catedral, una de las cosas que uno no se puede perder es el “obligado” beso o abrazo a la estatua del Apóstol Santiago que preside el Altar Mayor de la catedral. Para acceder a él hay que acercarse al deambulatorio de la catedral (la parte que rodea al altar mayor) y entrar por una pequeña puerta a la que siguen unas escaleras. Una vez allí, la tradición es darle un beso o abrazar a la estatua del Apóstol. Normalmente hay una inmensa cola de peregrinos, visitantes y curiosos que están deseando sacarse una foto con la estatua. Lo mejor es tener a alguien de frente al altar mayor para que te saque una foto cuando te llegue el turno. Esto sólo se puede hacer cuando no se está oficiando la misa.

Otro elemento muy famoso de la catedral es el botafumeiro. Éste es un enorme quemador de incienso construido en plata y de estilo barroco que se hace oscilar a modo de péndulo a lo largo de los cruceros de la catedral, está suspendido por un mecanismo de poleas que mueven varios hombres conocidos como tiboleiros. Funciona sólo en las grandes solemnidades y todos los días en el Año Santo (en la misa del Peregrino o misa de las 12 h). Su origen se debe a la necesidad de crear un elemento que permitiese purificar el aire dentro de la iglesia, enrarecido por las grandes multitudes de peregrinos que allí se concentraban.

Hay otras pequeñas bellezas dentro de la catedral, como la Capilla de La Corticela (que data de la fundación de la catedral) que es una iglesia dentro de la iglesia, de triple ábside y techumbre de madera, con un tímpano del siglo XIII que presenta a los Reyes Magos , también están la vistosa Capilla del Pilar y la Capilla Mondragón. La fachada del otro extremo de la Catedral contiene un precioso reloj, en la Torre de la Trinidad, así como la famosa Puerta Santa. Ésta se abre solamente en los años Santos cuando el día del Apóstol Santiago (25 julio) cae en domingo.

Cada una de sus las fachadas de la catedral forma con sus respectivas plazas magníficos conjuntos urbanísticos. Entre ellas, la Plaza del Obradoiro fue realizada por Casas Novoa en 1704; asimismo barroca es la de la Azabachería, obra de Ferro Caaveiro y Fernández Sarela, modificada por Ventura Rodríguez; la Plaza de Platerías, construida en 1103 (siglo XII); y sobre todo, el Pórtico de la Gloria, obra cumbre de la escultura románica concluido por el Maestro Mateo en 1188 (siglo XII).

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